martes, 12 de mayo de 2009

DECLARACIÓN PÚBLICA DE LA FECH

Declaración ante el conflicto de la Facultad de Derecho

El conflicto académico e institucional por el cual atraviesa actualmente la Facultad de Derecho representa una situación grave para toda la Universidad de Chile. Al respecto, se hace un deber para nuestra Federación declarar lo siguiente:

1) La FECH hace suyas las demandas de los estudiantes de Derecho en pos de una profunda reestructuración académica en dicha Facultad. Proceso que considera la elaboración de un Plan de Desarrollo; la renovación del Claustro Académico bajo criterios acordes a la complejidad de una Universidad que realiza investigación, docencia y extensión; y el establecimiento de mecanismos permanentes de participación efectiva de la Comunidad en la toma de decisiones y conducción de la Facultad. Estas aspiraciones son mínimas en una Facultad que ha sido la más importante del país en su disciplina.

Este movimiento estudiantil representa justos anhelos que van mucho más allá de una persona. Se trata de cambiar el rumbo por recuperar el sentido público de la Facultad y de la Universidad, lo cual exige una profunda modernización académica.

La movilización en Derecho pone hoy de manifiesto, una vez más, el compromiso permanente, democrático y organizado del estudiantado con el deber de la Universidad de Chile. Un compromiso ajeno a intereses mezquinos y a presiones externas o internas, y que hoy busca que la Universidad haga honor a la tradición de institución pública de excelencia que la ha caracterizado. Ante ello, creemos que es justo esperar una actitud similar de parte de nuestros académicos, y en especial, de las autoridades superiores de nuestra casa de estudios.

2) Este conflicto pone también de manifiesto el inexcusable retraso en la aplicación del Nuevo Reglamento de Facultades, el que fuera elaborado por el Senado Universitario hace ya casi un año. El freno al trabajo del Senado Universitario en éstas y otras materias por parte de las autoridades centrales, representa un menoscabo para el avance de la nueva y democrática Universidad, y para la sana superación de conflictos como el presente. De la misma manera, los Consejos de Escuela ---en los cuales existe plena participación estudiantil---, debieran, sin más demora, entrar en operación en todas las Facultades, justamente como vehículos de las inquietudes y necesidades de reforma docente y académica.

3) Las acusaciones que pesan sobre el actual Decano de dicha Facultad, respecto de sus méritos en la obtención de la más alta jerarquía académica, tienen carácter de gravísimas. Ellas ponen en tela de juicio un patrimonio fundamental de toda la Universidad de Chile: el carácter autónomo, acucioso, exigente y ajustado a méritos verificables de la Evaluación Académica. ¿Deben acaso sentirse todos los profesores titulares en tela de juicio a raíz de este lamentable caso?

En ese sentido, apreciamos con tristeza que hoy, frente a la puesta en duda de la pertinencia académica del Sr. Decano, existe un daño ya consolidado a nuestra Universidad. Cabe preguntarse cuán lejos están, las prácticas y situaciones que hoy son de conocimiento público, del prestigio histórico de una Facultad que ha formado a más de una docena de Presidentes de la República.

4) Por eso, lamentamos la actuación errática de la Rectoría al respecto. Primero, al rechazar cualquier tipo de investigación sumaria desde un primer momento. Y luego, al establecer un mecanismo de indagación, el que si bien considera a un académico de gran prestigio como el Profesor Garrido Montt, no posee ningún efecto legal, y en los hechos no existe ni posee validez como procedimiento universitario ni reglamentario. Al mismo tiempo, los plazos propuestos no se condicen con la urgencia de resolución de dicho conflicto. ¿Qué se les dice hoy a estudiantes o académicos que han sido removidos por plagio de trabajos universitarios? Instamos a que se lleve adelante, como debió de haber sido desde un principio, el sumario por las acusaciones hechas.

Sumado a esto, no entendemos el silencio de Rectoría en torno a la reestructuración académica e institucional de fondo. La falta de decisión y liderazgo en estos temas está manteniendo a nuestra Universidad en un statu quo que difícilmente le permitirá enfrentar los desafíos de las nuevas generaciones y nuevos tiempos. Reiteramos que la excelencia universitaria es un bien demasiado preciado como para dejar en un terreno de ambigüedad las contundentes evidencias hoy conocidas. ¿Es posible que presiones internas lleguen a ser más fuertes que la lucha y el discurso por la excelencia y el compromiso con el país?

5) Nos parece fundamental que los procesos de regularización del claustro académico y de reestructuración de la Facultad de Derecho cuenten con mecanismos y plazos concretos, con participación de los estudiantes, y por sobre todo con una Comisión externa que de garantías a toda la Universidad de un proceso imparcial que efectivamente llegue a buen destino.

Por una Universidad cuyo norte sea Chile y las necesidades de su pueblo.

Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile
FECH